sábado, 23 de noviembre de 2013

Ella.

Ella era tímida, siempre caminaba mirando al suelo para no encontrarse con las miradas de los demás clavadas en ella. Siempre sumergida entre libros y películas de terror. Ella se aislaba del mundo, creía que el mundo estaba en su contra, pero lo que ella no sabía es que era ella la que estaba en contra del mundo. Muchas personas trataban de ganarse su amistad, pero ella lo impedía siendo distante y cortante con todo aquel que se atreviera a dirigirle la palabra.
Un día llegó un chico de ojos verdes y mirada penetrante.Esta vez ella no miraba al suelo, quería saber lo que escondían sus ojos, su mirada la tenía loca. Él vestía con una cazadora, pero ella era muy observadora y sabía que debajo de esa cazadora se escondían unos brazos fuertes y por un momento fantaseó con que esos brazos la abrazaban toda la noche, rápidamente quitó ese pensamiento de su cabeza, tenía las mejillas ardiendo, ardiendo de deseo. El chico había creado un gran efecto en ella, lo que el chico no sabía es que ella cada vez se estaba ilusionando más con él, ella se imaginaba un futuro a su lado leyendo libros y viendo películas de terror. ¿Y él? Ella tenía miedo, miedo de lo que él pensaba, no quería perder de vista sus ojos verdes y sus labios carnosos.Le necesitaba. Más que a nada en el mundo. Ella estaba dispuesta a luchar por él. Y ella también quería creer que él estaba dispuesta a todo por ella.

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